Nuestro segundo día no fue distinto del Primero, mucho calor y
agotamiento, antes de partir en dirección a Minay, decidimos recoger un poco la
ciudad a pedido del Secretario de la Municipalidad de Calango que nos dirigió
al Museo Piedra “Coyllur Sayana”.
Nos explicó el significado de la palabra Calango, proviene
del Aymara “kalacango “ Kala, Calato o Pelado y cango que significa
piedra, lo más interesante de este pueblo es que son de origen Aymara. En la
piedra pudimos encontrar Petroglifos muy desconocidos, que según nuestro Guia
–Secretario menciono que estos dibujos datan de 980 años antes de cristo.
Nos
cuenta una leyenda, que una pareja estaba Cúpula y justo en este momento paso sobre
ellos una estrella, bajaba desde el cielo, desde estos tiempos los pobladores
empezaron a creer, entonces comenzaron a
rendir culto a la piedra, no soy de creer en estas historias, lo que estoy
seguro es que Calango tiene una tierra muy fértil que produce toneladas de Manzanas, también
tiene una producción considerable de deliciosos camarones.
Luego de una larga conversación con el Secretario, dejamos la
ciudad para dirigirnos a Minay, nuestro
siguiente objetivo, salimos a las diez y media en una calurosa mañana, que rompía con fuerza nuestra
cabeza, llegando hasta poblado de la Vuelta.
Con una temperatura de
viente y cinco grados, pies quejumbrosos por el calor del asfalto, teníamos que seguir, aún era
el segundo día, cruzando el puente Yuncaviri que está a tres horas de Calango,
cuadernillo en la mano empezamos a marcar puntos, fatigados nos acercamos a una
tienda, estaba en una ladera, nos pareció familiar y decidimos acercarnos, más líquido
para la hidratación, el calor era imponente y ardía la piel, igual estábamos
inspirados, además de superados de energías para gastar en todo el día. La abundancia de frutas era descomunal,
extremas manzanas dulces y suaves, la probé al máximo cada una de ellas,
nísperos caídos de los arboles rojos repletos de vida y abundancia, a
comérselos todos, recuperar calorías y nada mejor que frutas para hidratar.
Caminábamos y caminábamos, cuadernillo, lapicero y
coordenadas, llegamos a Granadal, algo muy extraño a la distancia, una piedra
pero parecía más una cabeza, era la Capilla, impresionante, me quede sin
palabras cuando observe esta falla geológica de la naturaleza, paramos bajo la sombra de la piedra, abarrotados de
mosquitos por todos los lados, se observaban rostros en los cerros de encima de
la capilla, fue impresionante. Flores por todos los lados y colores intensos,
el valle empezaba a alejarse detrás de nosotros y acercando a los senderos de
la Serranía Peruana, analizando en mi mente todo lo que se tenía que lograr
para llegar a la meta que era Jauja.
En el camino siempre muchas frutas, cerros fantasmagóricos, lleno de energía sobreponiendo su
poder sobre nosotros, era imposible sentirse superior, la fuerza de la naturaleza en su entorno natural del planeta, todo en su lugar como debe de ser.
Diez horas después llegamos
Huancani. Luego de unos bocados en nos dirigimos a Minay. Llegamos allí, muchos niños salieron a mirarnos, curioso hacían preguntas, se reían
con nosotros proyectando siempre la felicidad en sus rostros, estábamos bien,
cargados de dinamismo y armonía con el ambiente y su estar, preparamos una sopa para recuperar calorías: Fideos, huevos, leche, agua, oréganos, contenidos
para la sopa viajera de Sendero, la cena recuperadora, luego quedamos secos. En la Madrugada algunos borrachos
llegaron al local donde estábamos descansando, entendí que allí vendían alcohol
, hacían bulla, me mantuve despierto y en vigilancia durante unos viente minutos, volvió
el silencio me derribe en sueño.
Jacques Ferreira
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