De: Jacques Ferreira

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Me gustaría emplear toda mi vida en viajar, si alguien me pudiera prestar una segunda vida para pasarla en casa.

miércoles, junio 03, 2015

Quinto dia - (Quiripa - Huarochiri) - Julio Cesar Tello

                                                                   Quiripa Huarochiri
    
Amaneció, estábamos descansados y muy frescos para la siguiente etapa hacia el distrito de Huarochiri, habíamos caminado ochenta y cinco kilómetros, en el camino nos regalaron  muchas mandarinas, mangos, manzanas, muy agradecidos nos despedimos de Quiripa, todavía eran las siete y media, y pasaríamos por los poblados de Huancata y Sangallaya, en un recorrido de diez kilómetros, llegando a los tres mil metros sobre el nivel del mar.

Plaza de Quiripa

Pensamos desayunar pero no habían restaurantes, llegamos a una tienda, pedimos preparar un desayuno compuesto de huevos sancochados, chocolates triangulos y un jugo, habían unos señores celebrando afuera, estaban alegres, decidimos salir de la tienda, reconocí al mayordomo que en la noche pasada nos ayudó con la habitación, estaba pasado de copas y seguía celebrando la Fiesta del Agua, nos acercamos y también nos juntamos para hacer un saludo, una, dos y tres cervezas, lo que después nos había deshidratado, comentamos nuestro recorrido y nos desearon suerte. Al terminar el desayuno nos indicaron un Sendero en la cual evitaríamos caminar demasiado, fuimos por el corte hasta retomar la carretera, hicimos dos cortes y ahorramos bastante tiempo, llegamos a un poblado chico y decidimos hacer un break,  habían dos señoras en el camino soleándose, nos acercamos y nos presentamos, ellas curiosas y amicales nos dirigió la conversación, preguntando cual era el propósito de esta travesía tan larga y difícil que nosotros estábamos empeñando : “ Nuestra misión difundir el turismo, mostrando a los peruanos y al mundo  las maravillas del su País, es importante también saber que caminar es elemental para la salud, caminamos porque nos hace sentir bien, nos llena de energías y sabidurías”, una de las señoras nos comento que estaba mal y que no podía caminar normal, tenía un problema en la columna y le hacía dificultoso andar tramos largos, se sentía impedida de mover libremente, le dije: “ ten fe “ Leí el salmo 23 que dice: “El Señor es mi pastor, nada me faltara. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre”. Le salían lágrimas, me agradeció por la palabra y me abrazo, fue un momento de grata reflexión. Salimos en dirección a Huancata, el paisaje verdoso empezaba a brotar, nos alegró mucho saber que estábamos ya en la sierra y el frió empezaba a sentirse.

Poblado de Quiripa


Las primeras casas de adobe con sus techos de metal se aproximaban, teníamos mucha hambre y tampoco había restaurantes, entramos en una tienda, me senté y pedí una botella de agua San Luis, nos comentaban que Huancata tenía un difícil acceso al agua conservaban a lo máximo el valioso líquido. No teníamos otra que aceptar lo del momento, el almuerzo era de la misma familia, propietarios de la tienda que fueron amables y la pasamos muy ameno.

Poblado de Huancata 

Después del rico almuerzo y muy agradecidos, nos preparamos nuestro fe hambre ya que hasta Sangalaya llevaríamos una hora, compramos mandarinas, chocolates y Agua de preferencia San Luis, unas botellas de Gatorade. Tómanos un sendero por la derecha, era un camino que estaba debajo de la carretera que nos llevaría también hacia Sangalaya. Sentía la energía de este lugar, los cerros con sus tapetes verdosos y frondosos, tenía un vigor inmensurable y un coraje tenaz, no temía a nada y a nadie, sentía un poder que solo venia del Dios, estaba excesivamente conmovido y seguro de mí mismo, encontramos con una familia, estaban yendo a Quiripa, era un día sábado así que por estos lares hacen sus paseos en familia, pedimos un poco de información continuando con nuestro trekking.


Llegando a la carretera conectando otro Sendero que nos llevaría hasta Huarochiri, este corte economizaríamos energías, teníamos el pueblo de San Lorenzo de Quinti frente a nosotros del otro lado del valle, caminamos arduamente llegando a Huarochiri, por un ascenso largo donde pasaban las vacas y otros animales, el camino era más pesado y más rápido. Dimos con la Provincia de Huarochiri, el corte nos condujo hasta una escalinata muy parada, resultamos entrando a la ciudad por el lado opuesto. Muy contentos por haber llegado, ya no pensaríamos en seguir caminando, sabíamos que lo que seguía era más fuerte con cortes largos,  pasaríamos por el Camino Inca, el (Qhapaq Ñan),que pasa en Huarochiri, nos sentíamos afortunados y ganadores por lo que sentiríamos en los próximos días. Cruzando la ciudad hasta llegar a la Plaza de armas, encontramos con niños, muchos que jugaban en su inocencia en una llanta vieja, caminamos y cruzamos la importante ciudad, situada en el centro del Perú, que hace parte del Departamento de Lima.


Plaza de Huarochiri

Tenemos una larga historia para contar de Huarochiri, con el Incanato, la conquista y la Colonia, perteneciente a la cultura Huanca, tienen sitios arqueológicos como la recomendada meseta de Marcahuasi, donde también Nació el ilustre JulioCesar Tello, medico, escritor y antropólogo, quien descubrió la cultura Chavín y Paracas, creando el Museo De Arqueología Peruana. En busca de un cajero, desesperados por comer, sin efectivo era más difícil nuestra estancia en Huarochiri, no encontramos ningún cajero, vaya suerte la de nosotros sin dinero en nuestro quinto día de travesía faltando aun siete días para llegar a Jauja, decidimos pedir ayuda a la Municipalidad, era un día sábado y felizmente la encontramos abierta, pero con la ausencia del Sr Alcalde Guillermo Cuellar que se encontraba en Lima. Entre y me atendió la Srta Secretaria llamada Celestina, le explique lo sucedido y nuestra llegada a Huarochiri. Decidimos primero buscar un hospedaje, estábamos sucios y muy transpirados, encontramos uno cómodo, acomodábamos y salimos a cenar, los restaurantes abren a partir de las seis de la tarde, estábamos yo y Alexander (Orientador Turístico) con mucho apetito. Nos sentamos, solo había Lomo Saltado, con una sopa de entrada de legumbres. De regreso al Hospedaje, leí e hice unas llamadas a mis dos hijas, tenía cuatro días sin poder comunicar por falta de señal, feliz al escucharlas me despedí, en unos segundos me derrumbe en sueño profundo.    
En la mañana siguiente  fuimos a visitar a la Casa de Julio Cesar Tello…


Jacques Ferreira  







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