De: Jacques Ferreira

Mi foto
Me gustaría emplear toda mi vida en viajar, si alguien me pudiera prestar una segunda vida para pasarla en casa.

jueves, junio 04, 2015

Sexto dia ( Huarochiri – San Juan de Tantaranchi ) Qhapaq Ñan

HuarochiriSan Juande Tantaranche

Nos despertamos con el frió en la piel, habíamos conseguido una habitación sencilla sin muchas ostentaciones, cuando se está cansado se duerme a donde se cae la noche, en este caso fue justa la habitación así que salimos muy descansados. Antes de iniciar decidimos visitar a la casa de Julio CasarTello donde quedamos durante varios minuto, imaginando su vida de este importante Arqueólogo Peruano. Teníamos por delante una ruta con muchos cortes, saldríamos de la carretera para emprender y afrontar una dura jornada intricada, teníamos que cruzar el valle que nos llevaría hasta San Pedro. Ocho y media y un buen desayuno y Adiós Huarochiri. Iniciamos nuestro sendero por la Calle Cordova, donde cruzaba el Camino Inca, en Plena Ciudad, me sentía conmocionado de pensar que hace siglos, Incas y Españoles habían cruzado por el mismo camino.
No dejen de leer la biografía de sobre Julio Cesar Tello.

Antiguo Camino Inca - Qahpaq Nan


Bajando por el camino Inca, hicimos un corte erróneo, habíamos equivocado y abrimos hacia el noreste de Huarochiri, cruzando un hermoso bosque, con ríos y arboles majestosos, sin querer habíamos trazado una ruta, en la cual se las recomiendo, cuando deseen conocerla no duden en avisarme. Llamamos a Lima y nos comunicamos con nuestro Amigo Alfonso Torres, teníamos un GPS Garmin y con las coordenadas le pedí el favor de enviarnos nuestra ubicación precisa de regreso a la Ciudad de Huarochiri, retomamos a la carretera gracias a su orientación  y volvimos a ciudad Natal del Ilustre Julio Cesar Tello perdiendo una hora y media.



Retomamos nuevamente al Camino Inca, ahora con las coordenadas más precisas, bajamos por el camino Inca hasta llegar al Rió Mala que se encontraba a cuarenta minutos en descenso de la ciudad de Huarochiri, al encontrar con algunos locales  que nos señalaron por donde teníamos, encontraríamos un puente al otro lado del valle, este puente nunca jamás hubiéramos podido encontrar, ya que en la temporada de lluvias el rió creció y el caudal termino por destrozarlo. Caminando obstinadamente encontramos un árbol caído y  grande resultando ser nuestra salvación, la de nosotros y de todos las personas que lo utilizan sirviendo como puente, cruzamos y quedamos uno minutos contemplando el amanecer, el rió, los árboles, los pájaros y todos los seres que rodeaban este increíble paraje. El sol Iluminada, era una mañana espectacular, nos sentíamos muy afortunados de estar allí, una inmenso jubilo, deseaba estar allí toda mi vida contemplando todo lo que Dios nos da; reflexionando me di cuenta de que al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.


Siguiendo el viaje encontramos el camino que nos llevaba a San Juan de Tantarache, después de cuatro horas de sacrificio, con sed y hambre, llegamos a una chacra, habían muchas vacas, encontramos con un niño de aproximadamente diez años en la cual nos dio el permiso para ingresar al recinto donde descansaríamos algunos minutos, muy amable y hospitalario nos invitó frutas, diez minutos después llega su padre, contentos de vernos pregunto que hacíamos en su estancia, que casi nadie nunca los visita, nos invitó leche y queso fresco. Satisfechos nos marchamos agradeciendo por los víveres que nos había obsequiado el amable señor y su hijo. Iniciamos el Sendero llegando al poblado de San Pedro, encontrando por casualidad un amigo que hace cuatro días lo habíamos conocido en la costa, pensé "culminamos la travesía", equivocados!  Habíamos llegado a San Pedro, echamos una parrafada sobre si quedaríamos allí o seguiríamos a San Juan de Tantaranchi, hallábamos muy fatigados pero teníamos que llegar a San Juan, decidimos seguir, faltando tres horas de camino siendo aun las cinco y cuarto, el atardecer empezaba a manifestarse, tomamos la carretera a la izquierda en dirección a noreste dirigiendo a salida del pueblo. Estábamos agotados pues la altura que empezaba a sentir, se hacía más difícil el caminar, más cansancio, los músculos se atrofiaban, el aire era más puro pero más dificultoso de respirar.


Llegamos a San Juan de Tantaranche con un gélido frió, estábamos hambrientos, sin dinero y sin fuerzas para hablar, nos sentamos en la plaza frente a la Municipalidad, mojados de sudor a pesar del frió, habíamos perdido mucha energía, paramos y decidimos hablar con algunos pobladores, una Sra. muy amable nos hizo pasar a su casa, invitándonos café caliente y unos panes, los devore en minutos. Terminando nos aconsejaron a pedir ayuda al Municipio, sin dudar nos retiramos. En la sierra el municipio trabaja hasta los fines de semanas atendiéndonos en teniente alcalde, un tipo amable, de pocas palabras, muy gentil nos brindó una habitación gratuita, nos sentíamos bienaventurados, nos saludamos con las manos y agradecimos a Dios, que en ningún momento nos había abandonado.

Teníamos algunos sencillos en los bolsillos, salimos y compramos unas sopas instantáneas Ajinomen, una lata de leche Gloria y huevos, les recomiendo esta sopa Sendero, pues cuenta con muchas calorías, solo para viajes y momentos de necesidad extrema. Armamos nuestra pequeña cocina compacta con nuestro Gas Doite de Isobutano y Propano Mixto, sacamos nuestra olla y a cocinar, con nuestro modo de preparación: hervimos el agua, colocamos el huevo crudo, seguido de la sopa y terminando con la leche, prueben pues es delicioso y lleno de calorías.


Complacidos con la rica sopa, no nos quedó otra que aprovechar la habitación y descansar lo máximo que podíamos, nos sentíamos muy desgastados físicamente, las piernas estaban doloridas, los pies y los hombros con la mochila que pesaba 15 Kg de peso. Recordamos unos momentos con Alexander de felicidad e instantes pasados en la travesía, barriga llena y corazón contento, nos dimos las buenas noches, adormecemos.

Este viaje fue Gracias a Automoviles SA Huancayo y a Nicolas Traverso

En el día siguiente, nos encontramos con una familia Espíritu que nos apoyó considerablemente, la Mama de 61 años, su fuerza y su aporte con las mochilas en su caballo, fue el ascenso más difícil y cansativo de toda la travesía …    




           

No hay comentarios:

Publicar un comentario